Los primeros vestigios de los que tenemos noticias en el término municipal de Muelas del Pan, corresponden al paleolítico (probablemente al paleolítico inferior) y consisten en cantos trabajados, entre los que se puede distinguir algún útil (quizá una raedera).
Los diversos yacimientos documentados en el término municipal de Muelas del Pan abarcan un amplio período de tiempo que comprende desde la Edad de los Metales hasta época moderna, períodos de los cuales hay una corta pero expresiva representación, con especial mención para el castro de san Esteban objeto, en su momento, de excavaciones arqueológicas científicas.
Esta etapa se caracteriza por mantener los modos de vida del Neolítico, con el único añadido de la aparición de los instrumentos de cobre y las técnicas de explotación, fundición y trabajo del metal.
Aparecen alfarerías correspondientes a dos momentos cronológicos distintos, y consecutivos, como son el denominado Horizonte Protocogotas y la propia Cultura de Cogotas I, datados en el Bronce Medio y Final. Son fragmentos de alfarería que pertenecen a piezas decoradas con los característicos motivos de líneas formando retículas incisas y la técnica denominada "boquique" o punto en raya, procedentes de Castil de la Cabra y El Vedal, aunque también se documentan restos de esta época en el castro de san Esteban.
El paradigma lo constituye la denominada Cultura del Soto de Medinilla, que caracteriza el paso del Bronce Final a la primera Edad del Hierro en la Meseta. Los yacimientos en los que se han encontrado vestigios de esta etapa son los castros de El Castillón de Ricobayo y el de san Esteban, en Muelas.
Representa el momento del tránsito entre la Primera y la Segunda Edad del Hierro. En esta etapa se introduce el torno de alfarero en la Meseta. Coincide con la conquista romana.
Todos los hallazgos de esta época corresponden al castro del Castillón (Ricobayo), yacimiento cuya secuencia cronológica tiene una larga perduración (desde la 1ª Edad del Hierro hasta época medieval y moderna).
De entre la gran cantidad de material que se documentó en las excavaciones del castro de san Esteban (Muelas), destacan por su elevado número las alfarerías de este período.
De época bajoimperial son tanto los verracos como las estelas funerarias aparecidos en gran número en el castro de san Esteban, casi todas como material constructivo reutilizado en la muralla de época posterior. No se han documentado los contextos correspondientes a este período pero la existencia de restos tan numerosos hace pensar en su existencia (o en que se trajesen de un yacimiento próximo).
Quizá a esta fase deba atribuirse la etapa de mayor esplendor de los catalogados como santuarios rupestres y de los que en Muelas hay, por lo menos, dos: Peña Buracada y El Portillo del Lobo (además de dos posibles altares pétreos en los propios castros de El Castillón, en Ricobayo, y el de san Esteban, en Muelas).
Los datos de esta época son conocidos por las excavaciones en el castro de san Esteban.
El yacimiento conoce su mayor fase de esplendor en época tardorromana o tardoantigua, cuando se levanta la muralla que, entre otras características, se puede calificar como de muy baja calidad.
Otro de los hallazgos importantes de la excavación arqueológica es el de una casa, en la que se pudo documentar su tejado de una sola vertiente, y en la que apareció un lecho de grano carbonizado que, aparte de servir como método de datación, nos informa sobre el tipo de cultivo y medios de vida de los pobladores de la época.
El momento de su abandono se caracteriza por un tipo de alfarerías, aún poco estudiadas y no bien definidas, conocidas como tardoantiguas.
No obstante lo anterior, en época medieval y moderna se vuelven a ocupar los castros de san Esteban y Ricobayo, ente otros, datando los comienzos del actual pueblo, de esta fecha.
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Fecha: aún por determinar
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